martes, 17 de noviembre de 2009

Dónde estamos parados y hacia dónde queremos ir


La Argentina Hoy


Por Estefania Heit
fany_18ar@hotmail.com



El semanario Carta Abierta Coronel Suárez realizó un análisis de la situación actual del país, de las responsabilidades que le competen al gobierno y al pueblo; y de las variantes de solución que existen para generar un cambio que beneficie a todos los argentinos.

Hoy la Argentina enfrenta una importante crisis. Una crisis económica, financiera, política y social. Exigimos cambios pero sin saber a dónde pretendemos ir. Queremos soluciones pero sin conocer el verdadero problema. Buscamos alternativas pero sin proyectarlas. Solicitamos una reestructuración pero sin cambiar nosotros.
Todo gira a nuestro alrededor, todo nos envuelve, nos afecta, nos hace cambiar de opinión. Nos volvimos inconstantes, retrógrados, pesimistas, egoístas, malhumorados. Sabemos que perdimos algo pero no alcanzamos a vislumbrar qué. Sabemos que podemos cambiarlo pero no encontramos el cómo. Estamos tan inmersos en la oscuridad de la realidad que no alcanzamos a ver la cuerda que nos devuelva a la luz.
Queremos el cambio, lo ansiamos, nos desesperamos por hallarlo, luchamos por traspasar los tiempos y encontrar lo que perdimos lo antes posible pero la impaciencia sólo nos hace encontrar soluciones superficiales y al tiempo, otra vez estamos parados en el mismo lugar.
Actualmente pareciera que las únicas alternativas que tendríamos sería apelar a los malos hábitos, las malas enseñanzas, los malos valores. La injusticia es lo que tendría cabida, lo que triunfaría, lo que generaría estabilidad pero el vacío sigue creciendo y nuestro sentido de la realidad, de la vida, del futuro se distorsiona, se pierde, se transforma, desparece.
De cada diez palabras que decimos, nueve son malintencionadas, negativas. Vivimos pregonando lo mal que nos va, lo mal que está el país, lo mal que nos gobiernan. Maldecimos nuestra situación, a los políticos, a nuestros vecinos, a quienes en algún momento fueron nuestros amigos. Todo nos cae mal, todo es contra nosotros, todo es culpa del otro.
Vemos la paja en el ojo ajeno pero cuántas veces reconocemos los errores que cometemos, cuántas veces pedimos perdón sinceramente, cuántas veces ayudamos a alguien que necesita de nosotros, cuántas veces nos comprometemos, cuántas veces abrazamos a nuestros hijos y les decimos ‘te quiero’. Seguramente una de cada diez veces.
Necesitamos darnos cuenta, necesitamos ideas, necesitamos cambios por nosotros, por nuestros hijos, por nuestros nietos, por nuestra existencia, por nuestra convivencia, por nuestra vida, por esa libertad que estamos perdiendo.

Dónde de estamos parados

Actualmente Argentina gira en un gran torbellino de malos hábitos, valores desahuciados, ciudadanos sin esperanza, gobiernos corruptos y un futuro poco próspero para los que vienen detrás.
Los hechos más trascendentes que recuerda la sociedad son la dictadura militar del 76, las coimas del senado, las privatizaciones de los 90, el cacerolazo del 2001, los más de cinco presidentes que asumieron en unos pocos días, las cuentas en el exterior de los Kichner, los fondos desaparecidos de Santa Cruz, el conflicto con el campo, el impuestazo, la inflación, el corte de rutas, los paros de docentes, médicos provinciales y municipales; los casos de gatillo fácil, los secuestros, la inseguridad, la muerte de personas inocentes en manos de adolescentes, la valija de Antonini Wilson, las estatizaciones sin sentido, la efedrina, las renuncias en el gabinete presidencial actual, la corrupción detrás de la obra públicas, el Caso Skanska-Enargas, la venta de YPF, entre otros.
Hechos que fueron encajonados en los escritorios de la Corte Suprema de Justicia, olvidados por los querellantes o desaparecidos convirtiéndose en un mero recuerdo.
No obstante en el argentino sólo permanecen los malos recuerdos y eso influye en la manera de pensar, de actuar, de gobernar. A tal punto que el argentino sólo se une para reclamar y no para ejercer cambios, para hacer cruzadas de solidaridad, para encontrar una salida que beneficie a todos y no sólo a un sector.
En el ámbito netamente político, en cambio, existe una suerte de doble discurso donde la falta de compromiso es la característica esencial y eso se traduce en todos los ámbitos.
Por un lado se habla de realizar más obra pública al tiempo que crece la desocupación y la pobreza en el país. Se aumentan los impuestos pero no se invierte en educación, se estructuran leyes para beneficiar a las inversiones extranjeras pero se cierran las exportaciones, se quiere demostrar que Argentina es un país que crece pero se instalan nuevos casos de corrupción, se quiere evitar que las crisis económicas afecten y se saquean las cuentas de Anses y las AFJP. Se busca una mejor redistribución de la riqueza y se le mete la mano en el bolsillo del empleado menos asalariado, pretenden blanquear la situación de muchos empleados pero el gobierno paga sueldos en negro. Se quiere una sociedad más justa pero no se condenan a los políticos que venden sus bancas, que se asocian con el narcotráfico o que juegan con la dignidad de la gente. Se quieren crear mejores oportunidades y se aumenta la cuota de asignación por hijo, se habla de consenso y diálogo mientras se apura a la legislatura para aprobar leyes que sustentan intereses netos del gobierno nacional. Nada tiene sentido, cuando se encuentran soluciones, cuando se puede vislumbrar un cambio inmediatamente se generan más conflictos, se toman medidas menos simpáticas, menos equitativas, menos justas, menos equilibradas, menos discriminatorias.
Los Kirchner, los Scioli, los Macri, los De Narvaez, los Menem, los Moccero, usted, yo, el vecino… todos somos argentinos, todos tomamos decisiones, todos alimentamos este circulo vicioso plagado de cosas malas, negativas, corruptas, pesimistas que educan la mente y el futuro de cada ciudadano del país, que prometen utopías, que generan mayor inestabilidad, menor compromiso, falta de responsabilidad, pérdida de valores y construye una generación sin esperanzas, sin estímulos, sin visión, sin propósito, sin contenido.

El amor a la Verdad

Lo primero que hemos perdido es el amor a la verdad y eso ha conllevado el resto de las consecuencias. Nos quejamos de Argentina pero no reconocemos el país bendito en el que vivimos. Es uno de los pocos con diversidad de climas que nos permiten realizar cuanta actividad se nos ocurra y nos garantiza el éxito en cada una de ellas. Si, es cierto que el sistema político lo ha contaminado pero como ciudadanos qué hicimos para evitarlo.
En el seno de nuestro hogar es donde deberían empezar los cambios. Dejamos que nuestros hijos se eduquen con televisión, con los mejores juegos del mercado, con la vecina que nos hace de niñera. Pasamos poco tiempo con ellos y cuando nos toca tenerlos por un lapso extenso terminan por molestarnos. Los retamos sin saber qué fue lo que realmente hizo mal, si él es quien le pegó al hermano, si la palabrota que salio de su boca no salió antes de la nuestra. Queremos que sean educados pero nuestra atención se la lleva nuestro trabajo y en el tiempo libre, los medios de comunicación, la siesta, la reunión con amigos. Queremos hijos inteligentes pero poco nos sentamos a hacer la tarea con ellos, asistimos a escasos actos escolares y de vez en cuando nos hacemos tiempo para revisar sus cuadernos. Queremos hijos con valores pero si nos cobran de menos contadas son las veces que devolvemos el dinero, nos reímos del anciano que se cayó y después vamos a ayudarlo, nos quejamos del gobierno que nos quita el dinero pero no formamos parte de la cooperadora escolar porque nos lleva mucho tiempo. Queremos hijos con futuro pero recibimos el plan jefes y jefas de hogar aunque tengamos empleo o quizás el de desempleo pero seguimos trabajando en negro para que no nos lo quiten. Le damos unos pesos al policía que pretende hacernos la multa o proliferamos palabrotas contra el inspector que nos hizo una infracción por andar sin casco, en contramano o por pasar el semáforo en rojo. Decimos que es mejor robar que trabajar como un burro en vez de enseñar que la dignidad no tiene precio y que la recompensa a la larga es mayor porque nuestra vida tiene sentido. Queremos hijos creyentes pero maldecimos a Dios por nuestros problemas, no leemos la palabra ni ponemos en práctica sus mandamientos. Sólo acudimos a Él cuando ya no sabemos que más hacer, cuando estamos desesperados, cansados, sin fuerzas, sin razón de ser.
No se trata de echar culpas, tampoco de condenarse por la situación que nos toca vivir. Lo importante es unirnos en causas comunes, en cambios pequeños que nos permitan transformar lo que hoy contamina nuestra vida, lo que hoy nos maleduca.
Si un solo hombre puede cambiar la vida de otra persona, puede violar, puede matar, puede robar, puede maltratar, puede mal enseñar, puede destruir, un solo hombre también puede construir, puede amar, puede enseñar, puede efectuar el cambio. De lo contrario no existirían los grandes hacedores del mundo como Einstein, El Che, Jesucristo. Cada uno de nosotros somos importantes, imprescindibles para la sociedad porque tan sólo se necesita de uno para efectuar el cambio.

Hacia dónde queremos ir

Un sabio hombre dijo que “cada uno cosecha lo que siembra”, tiene lo que se merece. Se sabe que el argentino sufre las consecuencias de su propio accionar, y la solución más práctica es sentarse a esperar que el cambio algún día llegue.
La historia, y los casos citados anteriormente, demuestran que la falta de reglas, decisiones y acciones claras hundieron al argentino en un abismo del que le cuesta salir. Algunos consideran que el ciudadano enfrenta una suerte de vacío existencial, “Falta de Fe”, de convicción.
Sabemos que la pérdida de valores, de cosas materiales, de ilusiones ha vaciado cada vez más la vida del ser humano al punto de conducirla hacia la práctica de lo que nos destruye como los excesos, la drogadicción, el alcoholismo, la prosmicuidad, el engaño, la mentira.
No existe una única solución, una sola alternativa, que nos obligue a resignarnos, a bajar los brazos y a naturalizar cualquier práctica. Somos libres para elegir, para creer, para cambiar, para aceptar.
Me gusta pensar que esto no es todo lo que la vida tiene para ofrecerme, que hay algo más, que es factible encontrarle el sentido a las cosas. Todo se puede evitar pero cuando el problema ya está instalado debemos tener el coraje de invertir las sensaciones, dejar de hablar de lo mal que estamos y empezar a hablar sobre lo buenos que seremos, evitar las indirectas malintencionadas y construir una sociedad con otro valor agregado, que no aburra a la gente sino la estimule, que no le cree falsas expectativas de futuro a sus hijos sino que los incentive a generar cambios, que no pierda las esperanzas sino que las renueve cada día.
La unión debe existir pero no para reclamar sino para construir, no para corromper sino para invertir. El tiempo es uno de los bienes más preciados que existen y es lo único que no puede recuperarse. Invirtámoslo en cosas que nos construyan, que nos formen, que nos dejen algo de qué sentirnos orgulloso. No lo malgastemos en críticas, en sinsabores, en culpas que a nada nos conducen. El argentino necesita un cambio, merece un cambio, y debe buscar el cambio.

domingo, 15 de noviembre de 2009

El Gobierno paga sueldos en las radios líderes




A cambio no despiden. Los empresarios dicen que no pueden pagar los aumentos, pero sostienen los contratos millonarios de sus figuras.


El Gobierno paga parte de los salarios en las radios que concentran más de la mitad de la audiencia de la Capital Federal. Las radios 10 y Mitre, propiedad del grupo Hadad y del Grupo Clarín, respectivamente, son dos de las que a partir de este mes abonan una porción de los sueldos de su personal con un aporte de 600 pesos del Estado nacional. La contribución fue una prenda de cambio para que los directivos de las emisoras aceptaran firmar el último aumento salarial en el sector.

Los trabajadores de ambas radios comenzaron a cobrar en las últimas dos semanas el primer desembolso del subsidio por el Programa de Recuperación Productiva (REPRO), que el Ejecutivo utilizó a partir del año pasado para sostener el nivel de empleo en las empresas más afectadas por la crisis internacional.

Según pudo establecer Crítica de la Argentina, el beneficio también alcanzó al personal de Belgrano y fue pedido por las autoridades de Rivadavia, aunque en este último caso todavía no fue otorgado por la cartera laboral.

El dato de color es que el Gobierno está dándole una mano a la radio insignia de Clarín, el grupo enfrentado con la Casa Rosada.

La Asociación de Radiodifusoras Privadas (ARPA) confirmó que el acuerdo salarial firmado en agosto (retroactivo a julio y con vigencia hasta diciembre), que pautó un incremento escalonado de 27,5% en los sueldos de administrativos, operadores técnicos, periodistas y locutores, incluyó una cláusula según la cual las empresas que lograsen dar cuenta de una situación crítica podrían incorporarse al REPRO.

Radio 10 (AM 710) ocupó en octubre el primer lugar en el ranking de emisoras por amplitud modulada, con más de 32% del encendido y el programa más escuchado del país, conducido por Oscar González Oro. El subsidio también alcanza al personal de las otras radios del grupo, como Vale, Mega y Pop. Mientras que Mitre (AM 790) le sigue, con casi 20 por ciento, y cuenta con figuras como Samuel “Chiche” Gelblung.

Este diario intentó comunicarse con directivos de ambas emisoras. En la 10, del grupo Hadad, se excusaron de dar precisiones por la internación de uno de sus directivos. Las autoridades de la principal radio del Grupo Clarín, en tanto, derivaron cualquier consulta a los dirigentes de ARPA.

El acuerdo fue firmado por la entidad que nuclea a las radios con la denominada Intersindical, que agrupa los gremios de locutores, operadores y administrativos. Y también contempla al personal periodístico afiliado a la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA). En esa instancia se pactó un aumento salarial en tres cuotas que al final del proceso, en diciembre, elevará 27,5% los ingresos básicos en la actividad. Y que se extenderá hasta marzo con tres pagos mensuales de 200 pesos no remunerativos por cada mes.

En paralelo, ARPA acordó con los gremios y la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, la opción de acogerse a los beneficios del REPRO para aquellas emisoras que quisieran pedirlo. Las dos últimas semanas comenzaron a percibir el subsidio los empleados de Mitre, la 10 y Belgrano, en tanto que la cartera laboral todavía no extendió el pago a los de Rivadavia. En ARPA confirmaron que un centenar de radios del interior del país también pidieron el aporte estatal.

“Por gestiones especiales de ARPA, hemos conseguido por parte del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social que aquellas empresas que tuvieran dificultades económicas para atender los valores del nuevo acuerdo podrán solicitar el Programa de Recuperación Productiva que les será otorgado con la mayor celeridad”, señala una comunicación de la entidad publicada en su página de internet.

En una primera etapa el subsidio completará los salarios durante tres meses, aunque en las radios incluidas dijeron tener el compromiso de la cartera laboral de extender el beneficio de ser necesario.

Uno de los problemas que suscitó el programa fue el requisito impuesto por Trabajo de que fuese cobrado en sucursales del Banco Nación o del Ciudad. Empleados de las emisoras incluidas en el plan se quejaron de tener que trasladarse a sucursales como la de Villa Devoto para cobrar parte de sus salarios. “La empresa va a poner a disposición de los empleados un servicio de taxi para que realicen el trámite. Traten de hacerlo de a tres o cuatro personas, sin afectar el normal desenvolvimiento de la emisora, debido a que el mismo debe realizarse en horario bancario”, explica una comunicación interna de Radio 10.

Alberto Veiga, secretario de ARPA, admitió en diálogo con este diario que “el REPRO surgió como una solución frente a un reclamo excesivo de la parte sindical” y alegó que “más allá de dos o tres radios líderes, el resto, tanto las del interior como muchas de Capital, están seriamente comprometidas” por situaciones de crisis. “Es una actividad sumamente deficitaria en la que 70% del costo corresponde a sueldos”, agregó el directivo.

COMO SE APLICAN LOS SUBSIDIOS. En la actualidad, el Gobierno paga parte del salario de unos 124 mil trabajadores de empresas privadas. Implica un aporte del Tesoro de 427 millones de pesos. En lo que va del año, el Ministerio de Trabajo subsidió aproximadamente el 2% del total del empleo privado del país. La cantidad de subsidios otorgados por el Estado hasta mediados de octubre representó un salto del 50% respecto de los distribuidos hasta mitad de año. El programa fue creado por el Ejecutivo para impedir que, en medio de la crisis internacional, las empresas echaran o suspendieran gente. Los subsidios se concentraron en 2.300 empresas de todo el país, en su amplia mayoría pymes de menos de 300 empleado.

Fuente: Diario Crítica (15/11/09)

En pocas palabras, las radios AM del interior no figuran en ninguna "agenda" y están destinadas a la muerte!